El caso Bárcenas acabe como acabe, caiga o no caiga Rajoy, no conseguirá regenerar la política española, el sistema está podrido, corrompido por dentro, demasiado enquistado en la connivencia entre una serie de empresarios y los partidos en el poder, y hasta que no se cambie la ley de partidos y se fije su financiación legal, difícilmente se podrá evitar la corrupción y que se produzca esta regeneración. No todos los políticos son corruptos, eso ya lo sabemos, pero si unos cuantos, los de la cúpula, los que manejan las riendas del poder y por tanto de las adjudicaciones. En España y aquí en Catalunya, no nos engañemos, que en esto somos iguales, sólo que aquí impera una omertà que todo lo diluye, pero está igual de podrido y corrompido que en Madrid. Y, mientras en los casos de aquí en principio los partidos han ido más bien a financiarse, con las desviaciones desgraciadamente habituales de algunos, el Pp con el caso Bárcenas el dinero ha ido directamente al bolsillo de unos cuantos dirigentes, dinero que prescindiendo de que sean legales o no, son sobresueldos muy generosos por cierto, en momentos donde se está recortando por todas partes.
Esto hace mucho daño y no creo que sea posible regenerar esta clase política demasiado embadurnada en una manera de hacer que se consideraba habitual, y casi legal, por ellos claro. Estamos en un callejón sin salida del que no creo nos o puedan salir.
Dicho esto, una sociedad que ve y traga con todas estas triquiñuelas sin protestar, o haciéndolo con la boca pequeña, sin demasiados aspavientos, democráticamente es una sociedad cadavérica...