Como os lo podría decir, tengo miedo, yo, no #soy Barcelona, ​​como no #era Charlie Hebdo, pero lo siento mucho por Barcelona, ​​y me preocupa que se puedan producir más atentados; a pesar del miedo, bajaré a Barcelona de nuevo a ver a mi tía en la residencia de las dominicas de la calle Elisabets, o a Miquel Cartisano, pero no las tendré todas, como ya no las tenía antes de ayer, conste en acta.
Aún no hace ni un mes que con Miquel hablábamos precisamente a la altura de Canaletes, comentando que no había las vallas (bolardos les llaman) que en Sabadell habían puesto con motivo de la fiesta mayor de la Creu alta. Como la mayoría de la gente éramos conscientes de que más tarde o más temprano habría un atentado gordo en BCN.
Esto no ha hecho más que continuar e irá a más, por más policía que pongan, al menos aquí los terroristas no los tenían controlados ni identificados, como les ocurrió en Francia o Bélgica, lo que todavía hace más difícil de abortar estos atentados, en un atentado que da la sensación de ser bastante improvisado, provocado por el accidente de Alcanar, que supongo les trastocó los planes iniciales a los niños terroristas, porque eran niños o muchachos si quereis, de entre 17 y 24 años.
Luego está el tema de las portadas de los periódicos, a mí no me ha gustado la del periódico de hoy, pero no tengo claro hasta que qué punto estas imágenes deben mostrarse o no, hay mucha gente que lo rechaza, pero en cambio alabaron la publicación de las imágenes de Aylan muerto en la playa, en un foto que para más inri parece se preparó. El rasero para medir pues, no es el mismo, y de hecho la obligación de los rotativos es dar la noticia y desgraciadamente la noticia son las víctimas del atropello de ayer.
Tengo miedo, y no me avergüenza confesarlo, los cobardes no tienen miedo, los cobardes como estos jóvenes marroquíes, matan indiscriminadamente a ciudadanos inocentes.