En The last hurra, la novela de Edwin O'Connor sobre la política de partidos en EE.UU., el alcalde Frank Skeffington intenta instruir a su joven sobrino en las realidades de la maquinaria política. La política - le dice - es el deporte de masas más grande de América. Unos años antes, Ronald Reagan la definió aún mejor: la política es como el mundo del espectáculo, Y en este espectáculo, siempre están los espectadores, los votantes, los que nunca ganan y siempre pierden.
Resultado de nuestro voto, ya tenemos en Cataluña Gobierno. Es un Gobierno que evidencia la provisionalidad y excepcionalidad que el presidente quiere dar al momento actual y en el que sólo hay tres mujeres. Un Gobierno con una composición que supone un desafío claro al Estado y que se contradice con la petición de diálogo que hizo Torra al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Así lo entendió el Ejecutivo español en calificar de "provocación" la composición del Gobierno y anunció que estudiará si autoriza la publicación del decreto DOGC. 
Es una muestra más de la política de enfrentamiento que dicta Carles Puigdemont desde Berlín y de la que Torra es la correa de transmisión, como él mismo asume. Todo ello mientras aumentan las voces de la derecha más recalcitrante pidiendo un endurecimiento del artículo 155.
Con todo es de esperar que la próxima semana, después de la toma de posesión si no surgen nuevos impedimentos legales, comience su camino el nuevo Gobierno después de casi once meses de la intervención del autogobierno por parte del Ejecutivo central . Cataluña necesita urgentemente salir de este largo túnel que ha tenido consecuencias traumáticas en muchos ámbitos y empezar a recuperar un autogobierno que le devuelva la autoestima, que dé respuestas a los problemas de toda la ciudadanía catalana y sea capaz de dialogar con el Gobierno de la Estado. En definitiva, que trabaje para mejorar la sociedad catalana, toda la sociedad catalana. Pero mucho me temo, que Quim Torra no es la persona adecuada para alcanzar esta meta, y en el otro lado tampoco es que haya excesivo interés. Parece pues que tenemos 155 para rato, sobre todo si el PNV le acaba aprobando los presupuestos a M.Rajoy.

Poca esperanza podemos tener de que se desencalle la situación de bloqueo del 155 a corto y medio plazo, la sombra de Puigdemont aparte de alargada, empieza a ser molesta y onerosa.